conduccion eficiente o agresiva?

¿Cómo impacta una conducción agresiva en el consumo de energía?

Movilidad 30 May 2023

La conducción agresiva implica una serie de comportamientos del conductor que se centran en una aceleración brusca, un estilo de frenado abrupto y maniobras rápidas. Esta manera de conducir también compromete la seguridad vial, y además tiene un impacto significativo en el consumo de energía del vehículo. Desde Arval, queremos reflejar el impacto directo que tiene este tipo de conducción en el consumo de energía y la eficiencia energética de un automóvil, así como las consecuencias ambientales y económicas.

 

 

Impacto en el consumo de energía:

La conducción agresiva aumenta significativamente el consumo de energía de un vehículo. Según el Ministerio de Ecología y Transición Energética de Francia, este consumo de energía se incrementa en hasta un 30%. Estas cifras coinciden con estudios realizados internamente por Arval Consulting, dónde se analizan los consumos de combustible de flotas corporativas de Arval, comparándolas directamente con sus valores homologados WLTP.

Pero, ¿a qué se debe?

Las aceleraciones bruscas y las velocidades altas requieren un mayor suministro de energía para mantener el impulso y superar la resistencia del aire. Además, los frenazos bruscos generan una pérdida de energía cinética que se disipa y pierde en forma de calor en los frenos, lo que representa una ineficiencia en el uso de la energía generada por el motor o las baterías.

Consecuencias ambientales y económicas:

A mayor consumo de energía, mayor es el impacto ambiental. Un mayor consumo de energía conlleva un nivel de emisiones directas más elevado desde nuestro vehículo, lo que contribuye al cambio climático y la contaminación de nuestras ciudades.

Según Arval Consulting, tomando como referencia un conductor medio, que realiza 20.000km anuales en un vehículo de gasolina mediano, podríamos estimar que con una conducción agresiva su coste en combustible se incrementaría en 700€ anuales de media y debería repostar en la gasolinera 8 veces más que un conductor considerado eficiente o de conducción ‘amable’.

En cuanto a la huella de carbono, se emitiría una media de 40gr adicionales por kilómetro, lo que a final de año supondría 0.88 toneladas de CO2 adicionales emitidas a la atmósfera.

Esta huella adicional representa el 10% de las emisiones anuales de una persona en nuestro país. Como ejemplo, para absorber esta cantidad adicional provocada por una conducción agresiva, son necesarios entre 30 y 40 árboles.

¿Y el eléctrico? ¿Tiene el mismo impacto?

Si, una conducción agresiva o deportiva tendrá un impacto directo en minorar autonomía
de la batería y hará que el conductor tenga que recargar más a menudo y emplear más Kwh por el mismo recorrido. No sin olvidar el impacto ambiental, puesto que sería necesaria una mayor producción de energía y, por tanto, de emisiones de CO2.  

Sin embargo, lo más interesante lo encontramos en la parte opuesta: Un conductor que siga las recomendaciones para una conducción eficiente podría circular en un vehículo eléctrico y recorrer kilómetros recuperando energía en sus baterías.

¿A qué se debe esto?

A diferencia del vehículo de combustión, el vehículo eléctrico apenas presenta perdida de energía cinética en la frenada. Por ello se hace llamar regenerativa, puesto que invierte el funcionamiento del motor eléctrico del vehículo para recuperar energía durante las deceleraciones o las frenadas. Con este sistema, el motor se convierte en un alternador que genera electricidad durante las fases de desaceleración o frenada. Esta función puede recargar las baterías y bien utilizada ayuda a aumentar la autonomía del vehículo.

¿Cuáles son los consejos?

Arval nos brinda algunos consejos y recomendaciones para adoptar un estilo de conducción más eficiente:

  1. Acelera y frena suavemente: Evita aceleraciones bruscas y frenazos abruptos. Acelera gradualmente y anticipa las paradas para reducir la pérdida de energía.
    Recomendación: deja de acelerar en las aproximaciones a semáforos o cambios de sentido y aprovecha la inercia del vehículo, a modo ‘vela’.
  2. Velocidad constante: Mantén una velocidad adecuada y constante en la medida de lo posible, evitando cambios de velocidad innecesarios. 
    Recomendación: En carretera, haz uso del control de crucero; una velocidad sostenida evita pisar el acelerar constantemente y, por tanto, la eficiencia del motor es mejor.
  3. Planifica tus trayectos: Conoce las rutas que vas a tomar y evita atascos y congestiones que puedan obligarte a frenar y acelerar repetidamente.
    Recomendación: La ruta más corta no es siempre la más eficiente. Algunos operadores de mapas o navegadores ya incluyen esta opción a la hora de escoger la ruta a tu destino. ¡Utilízalos siempre que sea posible!
  4. Reduce la carga innecesaria: Cuanto más peso lleva el vehículo, mayor será el consumo de combustible.
    Recomendación: Evita llevar objetos pesados o innecesarios en el maletero en tu día a día si no los vas a utilizar.
  5. Distancia de seguridad: Mantén una distancia adecuada con el vehículo que te precede para evitar frenazos bruscos.

¿Existe alguna forma de medir mi estilo de conducción?
Arval dispone de un sistema de vehículo conectado: Arval Connect. Este servicio nos permite identificar fácilmente las aceleraciones bruscas y los frenazos innecesarios durante nuestra conducción, lo cual nos brinda la oportunidad de reducir estos eventos, mejorando la seguridad vial, disminuyendo el consumo de combustible y siendo más respetuoso con el medio ambiente.

 

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