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Coches eléctricos solares: ¿cómo funcionan y cuáles son sus ventajas?

Innovación 17 Apr 2023

Los coches solares, o mejor dicho, coches con placas solares, son uno de los sueños de la movilidad sostenible. La idea en sí es fantástica: un vehículo eléctrico que se alimenta de la energía que recibe del sol; trasladando a la movilidad lo que muchas personas ya hacen en sus hogares con las placas solares instaladas en el tejado. En lugar de depender de una fuente de energía externa y limitada, estos vehículos serían capaces de generar su propia energía, lo que les conferiría una mayor autonomía y libertad de funcionamiento.

Pero el sueño de un coche eléctrico solar que sea autónomo, energéticamente hablando, está muy lejos de poder conseguirse con la tecnología actual. La capacidad de generación de energía de las placas solares instaladas en un coche no es suficiente para alimentar su elevada demanda energética, incluso con placas solares a lo largo de toda su carrocería y células fotovoltaicas en las ventanillas laterales. Este es el caso del Sono Sion, un prototipo de coche eléctrico solar que tiene distribuidas por su carrocería 330 células fotovoltaicas embebidas en policarbonato transparente, con una potencia máxima de 1.208 W.

Por otro lado, también hay que tener en cuenta que el peso del propio equipo de generación eléctrica fotovoltaica aumentaría el consumo del coche.

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Los números imposibles de los coches solares “autónomos”

Los números no mienten y son muy claros en el caso de un coche eléctrico con placas solares.  El consumo medio de un coche eléctrico se sitúa entre los 10 kWh que gasta en ciudad y los 20 kWh que consume en autopista. Tomando como cifra orientativa un consumo de 15 kWh, ese coche necesitaría unas placas que pudieran generar una potencia de 15.600 W en una hora. Y como antes hemos visto, un coche con células ultraeficientes a lo largo de toda su carrocería solo es capaz de generar 1.208 W en condiciones óptimas de radiación solar…

Y es que también hay que tener en cuenta factores ambientales, sobre todo, el lugar del planeta y la estación del año en los que se usaría ese coche. Es evidente que los coches solares serían más eficientes en España que en Noruega (e incluso, dentro de España, en Andalucía que en Galicia); y que funcionarían mejor en verano que en invierno. 

Por otro lado, los coches con paneles solares podrían recorrer un número de kilómetros limitado al día con la energía recibida del sol. Para recorrer más, habría que enchufarlos a la red para recargar sus baterías.

Placas solares: una ayuda para reducir el consumo de un coche eléctrico

Eso sí, la instalación de placas solares en un coche puede servir para reducir su consumo, aumentar su autonomía y alimentar algunos sistemas periféricos, como el sistema de climatización o el equipo multimedia. De hecho, esto se lleva haciendo desde hace muchos años. En 2002, el Mercedes Clase E (con motor de combustión) ya ofrecía en opción un techo solar con paneles que servía para reducir la demanda energética de la batería y alimentar elementos auxiliares de la red eléctrica principal.

Otro ejemplo: el Toyota Prius de 2009 podría montar un techo panorámico en el que una de sus mitades estaba cubierta de células fotovoltaicas, cuya energía servía para alimentar el sistema de climatización y poder refrescar el coche cuando estaba aparcado al sol. En su última generación, el Prius PHEV (híbrido enchufable) monta unas placas capaces de generar 180 W, que tardarían la friolera de 49 horas (a plenos sol) en recargar la batería de 8,8 kWh de capacidad para poder recorrer alrededor de 50 kilómetros en modo eléctrico.

Otra propuesta interesante, que al final no se llevó a la práctica por su elevado coste y complicada implementación, fue la de Ford con el C-MAX Solar Energi Concept. En este caso, las placas solares del techo se complementaban con una pérgola de estacionamiento diseñada para concentrar la radiación solar en las células fotovoltaicas del techo del vehículo. Con este artilugio, Ford calculó que se podían recargar 8 kWh en un día soleado.

Más recientemente ha habido una hornada de coches eléctricos que emplean las placas solares para alimentar el sistema de propulsión, reducir el consumo y aumentar su autonomía. El Hyundai Ioniq 5, por ejemplo, puede recorrer un extra de hasta 1.500 kilómetros al año gracias a la energía proporcionada por las placas solares de su techo.

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